martes, 18 de agosto de 2009

Bar Notable - Castelar Hotel & Spa - Canal 26 - Junio 2009



Los Días 3 y 10 de Septiembre 2009 en la Confitería del Castelar Hotel & Spa (Declarada Bar Notable) a las 20.00 hs se llevará a cabo un show a cargo del Grupo Tabane Leyton (Músicos Uruguayos) que interpretarán Tango y estarán en el marco de "Tango en Cafés y Bares de las Dos Orillas). La entrada es sin cargo, pero se requiere de una consumisión mínima de $ 10 por persona.



El Hotel Castelar, con placa de Bar Notable

Si bien cuenta con un Bar Notable desde 2004, recién este martes fue colocada la placa que le otorga esa categoría, ganada porque el poeta Federico García Lorca vivió en una de sus piezas pero también porque Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo y otros célebres frecuentaron sus salones marmolados.
El Castelar, ubicado en la españolísima avenida de Mayo, también fue escenario de la renuncia de Carlos Chacho Alvarez en los difíciles días de octubre del año 2000 y supo albergar en forma asidua al presidente de la Argentina en los 90, Carlos Menem. "También nos visitaban con frecuencia Ricardo Balbín, Oscar 'Ringo' Bonavena, Pascualito Pérez y recién le di la bienvenida al maestro Alfredo De Angelis", dice con orgullo a Télam el actual presidente del Castelar, Armando Mayorga, al frente de la institución desde hace 15 años. Una breve ceremonia con tango contemporáneo por parte de dúo Fain-Montego en el hall principal del hotel y palabras de la directora general de Patrimonio e Instituto Histórico, Liliana Barela, y del propio Mayorga, fueron el marco para la novedad en el frente del edificio, la placa de Bar Notable, la número 53 en la ciudad de Buenos Aires. La distinción, otorgada por el ministerio de Cultura porteño, es para bares, billares o confiterías de la ciudad relacionados con hechos o actividades culturales de significación, que tienen antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local que le otorgan valor propio. El Hotel Castelar siempre recibió a personalidades de la cultura, las artes, la literatura y el teatro y, como se sabe, una de las visitas más importantes fue la de García Lorca, quien se alojó allí en su estadía en Buenos Aires, entre octubre de 1933 y abril de 1934. También fue sede de una famosa peña de artistas que reunía a Jorge Luis Borges, Norah Lange y Oliverio Girondo, entre otros. "Este lugar significó la instalación de los españoles en esta parte del mundo. Lo convirtieron en un bastión de alegría republicana, al punto que el nombre Castelar es un homenaje al presidente de esa etapa histórica en España", rememoró Barela al destacar la importancia del hotel, inaugurado en 1929. "Aquí estamos pisando la historia, cada vez que entramos a este lugar recreamos la historia" dijo la funcionaria, en alusión a la estancia del poeta y dramaturgo García Lorca en la habitación 704, del séptimo piso. Cuando se inauguró, el hotel era uno de los más altos de la Avenida de Mayo, con 33 metros sobre la línea municipal y de 53.50 en su punto más alto sobre el retiro escalonado de la fachada. Los testimonios de la época aseguran que en la construcción se emplearon los materiales más costosos. Como ejemplo de esa suntuosidad perdura el salón comedor de la planta baja el revestimiento de mármol "fantástico" de Carrara, que sumado a sus dimensiones de 12 x 46 metros sin una columna, le confiere al lugar un aspecto imponente. Al principio, el Castelar funcionó como un hotel-restaurante. Este se ubicaba en la planta baja con acceso por la Avenida de Mayo y por la calle Victoria, hoy Hipólito Yrigoyen. Además, es el primer comedor refrigerado de Sudamérica. Un periódico de ese tiempo llamado "El Diario", de Manuel Láinez, describió el gran salón de fiesta del primer piso como uno de los principales atractivos. Con sus paredes "revestidas con riquísima marquetería, con luz cenital que llega a través de dos artísticos vitraux, este local, dada su amplitud, belleza y confort, será el más indicado para la realización de banquetes y fiestas sociales", destacó. Al lado de ese salón había otros cuatro reservados para comidas íntimas. Y para los que deseaban reunirse en un lugar apartado y tranquilo, lejos del ruido ensordecedor de la Avenida, estaban el bar americano y el grill room. Según las ordenanzas municipales de la época, la totalidad de las habitaciones debían recibir aire y luz. Y lo tenían por dos grandes patios de 8 x 12 metros, además de cuarto de baño privado, algo inédito en aquellos tiempos, calefacción central, ventilador, teléfono y caja de seguridad para resguardo de joyas y valores de los huéspedes. En la planta de recepción -primer piso alto- se encontraban el salón de música, "fumoir" para caballeros y jardín de invierno, ámbitos utilizados para el esparcimiento de los huéspedes. En septiembre de 1955 se inauguran los baños turcos y la peluquería para damas, todo un acontecimiento comercial y social para la época, hoy transformado en un moderno y completo Spa, tanto para damas como para caballeros. A mediados de 1966 reformaron la planta baja otorgándole a la recepción una mayor comodidad, trasladaron la bodega del tercer subsuelo hasta la planta baja y cerraron el acceso por Hipólito Yrigoyen. En algún momento, el Castelar supo tener también jaulas para la práctica del golf. En la actualidad el hotel posee 151 habitaciones con todas las comodidades, que incluyen tratamientos del Spa, pero su principal atractivo está en el séptimo piso, donde la habitación para siempre de García Lorca espera los ojos curiosos de los visitantes deseosos de, quizás, ver Buenos Aires como lo hacía el célebre granadino.

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