jueves, 23 de julio de 2009

SPA CASTELAR - Servicios y Tratamientos

Baño Finlandés
Tratamiento en base de calor húmedo y esencia de eucalipto, su utilización es perfecta para la corrección de problemas en piel y/o respiratorios, ayuda a limpiar la piel. Temperatura Promedio: 45º .

Baño Turco
Tratamiento de calor semi-seco, contribuye a la eliminación de toxinas a través de la transpiración, y es un excelente miorelajante. Su temperatura oscila entre 55º y 60º.

Baño Sauna
Tratamiento de calor seco, su temperatura es de 80º aproximadamente. Estimulante, revitalizante, excelente para la eliminar tensiones y lograr una relajación muscular.

Ducha Escocesa
Masaje corporal realizado con agua a presión. Recomendado para la mejorar la circulación y tonicidad en los tejidos, ayuda a combatir celulitis y flaccidez. Indicado para zonas donde hay contracturas.

Higiene Facial
Indicada especialmente para pieles con tendencia a tener poros dilatados, en casos de acné, rosácea, poros dilatados, exceso de grasitud, etc.

Shock de Hidratación
Tratamiento que proporciona la hidratación necesaria al devolverle a la piel el agua que necesita para sentirla fresca y suave al tacto. Prepara la piel ante la exposición de los rayos solares y/o restablece el nivel óptimo de hidratación con posterioridad a períodos de sol; aporta un profundo bienestar.

Masaje Estimulante
Se basa en la combinación maniobras que mejoren el riego sanguíneo para conseguir una buena oxigenación muscular y maniobras revitalizantes, que sean capaces de estimular y tonificar la musculatura que se encuentre ligeramente atrofiada.

Masajes Corporales
Ayudan a disminuir y disolver tensiones, eliminando contracturas y dolores musculares, logrando así una relajación integral.
Realizados por profesionales especializados y de gran experiencia. Recomendados para tratamientos relajantes y reductivos.

Drenaje Linfático
Técnica de masaje superficial que incorpora sus propias manipulaciones y ritmo de trabajo. Ayuda a mejorar el drenaje natural de la linfa. Sus beneficios son efectos desentoxicantes y drenantes.

Peeling Corporal
Ayuda a eliminar las células muertas que se encuentran en la piel, se realiza mediante un masaje para aplicar un producto exfoliante. Ideal para preparar la piel antes de la exposición al sol, antes de la depilación, etc.

Fangoterapia
El elevado contenido de minerales y oligoelementos, han convertido a todo tipo de fangos, arcillas, barros, sean termales o marinos, en fuentes de belleza y salud, aportando elementos esenciales de los que la piel carece. Mejora la circulación sanguínea, absorbe toxinas, dilata los poros. La fangoterapia genera una sensación de alivio en estados de nerviosismo, estrés y fatiga.

Presoterapia (Presor 03)
Realiza un drenaje veno-linfático que alivia trastornos circulatorios, la retención de líquidos y proporciona una agradable sensación de descanso en las piernas, previniendo la aparición de várices.

Electroestimulación (Corpo 02)
Estimula la degradación de las grasas y la desaparición de los depósitos grasos acumulados, produce un efecto tensor sobre la piel, estimula la circulación sanguínea, favorece la reabsorción de edemas, reafirma los tejidos, calma el dolor osteo-articulares y procesos neurológicos: neuralgias, ciática, favorece la relajación de las contracturas musculares.

Hidromasaje:
Consiste en un baño de inmersión de agua combinada con sales, aceites o esencias. La temperatura del agua no debe superar los 38º y el tiempo de duración es de 20-25 minutos. Es un relajante por excelencia y sus beneficios son de suma importancia: combate dolores articulares y musculares, alivia jaquecas y estados nerviosos, ayuda al cuidado de la piel.

Ozonoterapia:
Se realiza con un equipo móvil de vapor-ozono, produce una agradable sensación de relax y además se obtienen importantes beneficios ya que aumenta el riego sanguíneo, provoca sudoración con la consiguiente eliminación de toxinas, aumenta la oxigenación celular y tiene un importante efecto bactericida, desinfectante y germicida.

Reflexología:
En ésta técnica se considera que cada parte del cuerpo está reflejada en un área de la mano o del pie. Se utiliza para tratar desequilibrios mediante diferentes tipos de maniobras y digitopresión, aliviando la zona afectada.

Contamos con otros servicios:
Manicuria
Pedicuria
Depilación
Cama Solar
Gimnasio

AREAS PUBLICAS - En imágenes

Lobby


Business Center

HABITACIONES - En imágenes

Habitación Doble TWN Standard


Habitación Doble Matrimonial Standard



Suite Matrimonial

Suite - Living


NUESTROS SALONES


EXCLUSIVOS SALONES


Foyer "Federico García Lorca"


Salón Dorado "Evento Social"
Salón Dorado "Evento Corporativo"
Sala "Presidencia"



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Almuerzo en nuestro clásico Restaurant Internacional

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Restauramos nuestro Salón Dorado para eventos

Durante el verano de 2009 realizamos una importante obra de restauración en nuestro Salón Dorado. Fueron varios artesanos los que durante casi 3 semanas desarrollaron un verdadero trabajo artístico que realzó y recuperó los detalle tradicionales de la arquitectura que nos caracteriza.

SPA CASTELAR - En imágenes







Sauna - Spa de Caballeros






Hidromasajes - Spa de Damas





















Hidromasajes - Spa de Caballeros






























“Castelar Hotel & Spa”
“Mucho más que un Hotel”


..... Alojarse en el Castelar, es mucho más que pernoctar en Buenos Aires........

......Es vivenciar la historia misma, de unas de las épocas más florecientes de la Argentina.

.. ...Es compartir los vaivenes políticos, la cultura, las costumbres de la sociedad de Buenos Aires de principio de siglo...

......Caminar por el Castelar.... es respirar el ambiente señorial, que cautivó, entre otros, a un genio de la literatura universal, como Federico García Lorca.
Por eso decimos, que su estadía en el Castelar Hotel & Spa, es mucho más que un pernocte en un hotel de Buenos Aires...

Castelar Hotel & Spa.......”Mucho más que un hotel”…

Buenos Aires – Argentina. Desde 1929, uno de los lugares más distinguidos... a su servicio.
LA HISTORIA DEL CASTELAR HOTEL & SPA[1]

La Avenida de Mayo

Hace más de 100 años, Buenos Aires sufrió la transformación más significativa de su historia, la gran aldea dejó su lugar a la ciudad cosmopolita. El acontecimiento que marcó el inicio de este cambio fue, sin duda, la inauguración de la Avenida de Mayo.
Este boulevard fue ideado por el primer intendente porteño, Torcuato de Alvear, que en 1883 proyectó la apertura de una avenida inspirado en el modelo urbano parisino de Haussman con el fin de jerarquizar el trazado circulatorio vehicular y cumplir una función de símbolo: unir el Poder Ejecutivo (Casa de Gobierno) con el Poder Legislativo (Congreso Nacional, recién Inaugurado en 1907)
A pesar del avance que significó este proyecto, el inicio de los trabajos se demoró más de la cuenta porque demoler a lo largo de diez cuadras una faja de 30 metros en el centro de las manzanas entre Rivadavia e Hipólito Irigoyen afectando los fondos de la mayor parte de los lotes causó el enojo de varios propietarios. Estos, perjudicados por la expropiación, promovieron un sinfín de demandas judiciales en contra de la Municipalidad para evitar la obra. Por eso se la conoció con el nombre de “Avenida de los Pleitos”.
Sin embargo, no todo fue conflicto, muchos vecinos no opusieron resistencia y aceptaron dinero a cambio de la expropiación, y otros donaron los terrenos gustosos. Finalmente, la apertura de la obra se produjo el 9 de Julio de 1894 bajo la intendencia de Federico Pinedo.

Esta arteria se emplazó en una zona en la que predominó el elemento español. Fueron los españoles quienes crearon con su presencia y sus zarzuelas el espíritu de la Avenida que la diferenció del modelo imitado. Además fue sitio de lujosas residencias, sede de estudios de abogados y escribanos, de los principales diarios de la época y lugar obligado de reunión en sus hoteles y cafés de políticos, legisladores, escritores, pintores y bohemios personajes ligados a la cultura y el arte de las primeras cuatro décadas del siglo XX. A esas reuniones en los cafés se las llamó “peñas”. Allí, las charlas acerca de política, arte y cultura eran moneda corriente, aunque a menudo todo terminaba en acaloradas discusiones y peleas.

La hotelería, que antes estaba emplazada en las cercanías de la Plaza de Mayo, se distribuyó a lo largo de la Avenida en edificios que eran verdaderos palacios. La opulencia de la época se reflejó en sus interiores, donde predominaron los estilos de neto corte francés. Pero el paso del siglo fue alterando su fisonomía.


Los antiguos hoteles fueron abandonados o cambiaron de destino y son utilizados por entes oficiales, como por ejemplo el espléndido Majestic Hotel que se transformó en una desfigurada y opaca sucursal de la AFIP, mientras que las plantas bajas de las construcciones se reciclaron con materiales demasiados modernos que no respetan el diseño original.

Dentro de este presente no tan glorioso, uno de los sitios que se conserva en su fisonomía original, es el Castelar Hotel, que desde el 1152 queda como testimonio de una época rica en anécdotas y vivencias de los más variados personajes que poblaron Buenos Aires durante las primeras décadas del siglo.


Lo que sigue es la historia del Castelar, en donde los testimonios orales y escritos se entremezclan con el sólo objetivo de brindar un pincelazo de las costumbres de una época en un Buenos Aires distinto, pero casi igual.
“Mucho más que un Hotel”


Desde aquel lejano sábado 9 de noviembre de 1929, el Castelar Hotel & Spa es uno de los hoteles con mayor tradición de Buenos Aires, no sólo por la calidad en su servicio, sino también, por su importante contribución a la cultura y las artes de nuestra ciudad.

Las crónicas de la época decían que: “....se realizará la apertura de este gran establecimiento. El nombre del Castelar, eufórico y al mismo tiempo homenaje al ilustre tribuno, dice claramente que se trata de una iniciativa hispánica de españoles netos. La gran construcción tiene más de diez pisos y en la misma Avenida luce su esbelta silueta. Las comodidades y refinamiento de que está dotado son numerosas, aquellas que puede exigir el refinamiento y la aspiración de confort más exigente. Numerosas personas conocidas y vinculadas en la plaza han sido invitadas a esta inauguración”[i]. El acontecimiento fue tan importante que asistió el mismísimo intendente porteño, José María Cantilo.

El primer dueño del hotel, Francisco Piccaluga, era partidario del político y estadista español de origen republicano y presidente de la República Española (septiembre de 1873), Emilio Castelar y Ripol (1832-1899). Entonces, a manera de homenaje, utilizó su apellido para bautizar al hotel e instaló un retrato con la imagen de su admirado político en el primer piso. Piccaluga, entregó la explotación del hotel a la firma Pérez Hermanos de Rafael y Alfredo, quienes se encargaron de la administración y dirección hasta 1949, año en que Jorge Díaz adquiere el fondo de comercio para crear el 1º de febrero de 1954 la firma “Casel S.A.”, que se mantiene hasta hoy dirigiendo los destinos del hotel.



Para la época de su inauguración, el edificio era uno de los más altos de la Avenida de Mayo, con una elevación de 33 metros sobre la línea municipal, y de 53.50 en su punto más alto sobre el retiro escalonado de la fachada.

Su constructor fue el ingeniero José Pinzone, quien inició las tareas en 1928 siguiendo los planos del arquitecto italiano Mario Palanti (1885-19799. Palanti era representante del eclecticismo en Argentina y realizador del Palacio Salvo de Montevideo (1922), Palacio Barolo de Buenos Aires (1919-1923), Nunciatura Apostólica de Buenos Aires (1919-1924), entre otros trabajos.


Solsona describe la fachada del Castelar como:
“....de un sobrio academicismo, que se divide de un modo tradicional a partir del basamento estructurado en dos secciones que abarcan la recepción, la confitería y los salones del hotel. El cuerpo intermedio compuesto a partir de pares de ventanas posee un coronamiento que, mediante dos cornisas, hace más gradual y casi nula la visión desde la calle del importante bloque escalonado que constituye el remate”.[ii]

Los testimonios de la época aseguran que en la construcción del Hotel se emplearon los materiales más costosos. Como ejemplo de esa suntuosidad perdura el salón comedor de la planta baja el revestimiento de mármol “Fantástico” de Carrara, que sumado a sus dimensiones de 12 x 46 metros sin una columna, le confiere al lugar un aspecto imponente.

Al principio, el Castelar funcionó como un hotel-restaurante. Este se ubicaba en la planta baja con acceso por la Avenida de Mayo y por la calle victoria, hoy Hipólito Irigoyen. Además, és el primer comedor refrigerado de Sudamérica.

Un periódico de ese tiempo llamado “El Diario”, de Manuel Láinez, describió al gran salón de fiesta que está en el primer piso como: “uno de los principales atractivos del Castelar Hotel”. Su decoración consistía en paredes “revestidas con riquísima marquetería, con luz cenital que llega a través de dos artísticos vitraux, este local, dada su amplitud, belleza y confort, será el más indicado para la realización de banquetes y fiestas sociales” [iii]

Al lado del salón de fiestas había cuatro comedores reservados para la realización de comidas íntimas y para los que deseaban reunirse en un lugar apartado y tranquilo, lejos del ruido ensordecedor de la Avenida, había un bar americano y Grill Room.

Según las ordenanzas municipales de la época, la totalidad de las habitaciones debían recibir aire y luz por dos grandes patios de 8 x 12 metros, además tenían un cuarto de baño privado (algo inédito en aquellos tiempos), calefacción central, ventilador, teléfono y caja de seguridad para resguardo de las joyas y pertenencias de los huéspedes. En la planta de recepción, primer piso alto, se encontraban el salón de música, “fumoir” para caballeros y jardín de invierno, ámbitos utilizados para el esparcimiento de los huéspedes.

Los alojados en las habitaciones simples podían atender a sus visitas en una salita- escritorio sobriamente amueblada sin tener la necesidad de descender hasta la planta de recepción.

Otras de las comodidades que poseía el hotel eran unos soberbios departamentos exteriores compuestos de hall, sala, dormitorio y baño. También había alojamiento destinado al personal de servicio.


El Diario describió en sus páginas el sistema de refrigeración y calefacción como novedosos para la época: “Seis calderas a petróleo y nueve tanques intermedios proporcionan el agua caliente necesaria para el mantenimiento de una temperatura constante de 18º y a toda hora el servicio de agua caliente para los 200 baños del hotel. Dos compresores a doble efecto de noventa mil frigorías cada uno, en combinación con una cortina de agua obtenida por la circulación de la misma en una cañería de tres mil metros, enfrían y deshidratan el aire absorbido por un conducto que baja desde el punto más alto del edificio. El aire así enfriado y deshidratado se distribuye por medio de 40 metros cúbicos por persona y por hora, con lo que se logra el incomparable beneficio de disfrutar en pleno verano de una temperatura primaveral” [iv]

El inevitable paso del tiempo introdujo cambios en el servicio y en el edificio del hotel. En 1950 el restaurante se lo trasladó al primer subsuelo pero a los pocos años vuelven a reinstalarlo en el primer piso para poder realizar las obras de construcción de los baños turcos. En septiembre de 1955 se inauguran los baños turcos y la peluquería para damas, todo un acontecimiento comercial y social para la época, hoy transformado en un moderno y completo Spa, tanto para damas como para caballeros.

A mediados de 1966 se reformó la planta baja otorgándole a la recepción de una mayor comodidad, se trasladó la bodega del tercer subsuelo hasta la planta baja y se cerró el acceso por Hipólito Irigoyen. También en algún momento, el Castelar supo tener jaulas para la práctica del golf.

En la actualidad, el hotel posee 160 habitaciones en categorías Clásicas y Superiores con TV por cable, teléfonos con DDI y DDN, Frigobar, Business Center, conexión a Internet, gimnasio y los completos tratamientos del Spa, entre los servicios acordes al confort que los pasajeros esperan encontrar en un hotel moderno.







La Peña “SIGNO”


En Buenos Aires, a principios de la década del 30, se produjo un fenómeno singular: las peñas. Estas eran reuniones o encuentros en los bares donde se propiciaba la charla, los amigos y el café. Allí se iba a trabar amistad, a conocer personas de talento. No era necesario poseer una entrada, sí las ganas de relacionarse. Por eso, las grandes personalidades de la cultura seducidas por estos lugares casi mágicos, se daban cita en los distintos bares de la Avenida para debatir sobre política, arte, literatura filosofía, etc. Las peñas trajeron la música, la conferencia y en especial la palabra amiga y amable. Sin duda la del café Tortoni fue la más destacada y duradera, pero en el Castelar también funcionó una muy prestigiosa e importante.

A mediados de 1932 en el subsuelo, donde hoy funciona el Spa, nace “Signo”. En el pequeño escenario de Signo se produjeron hechos artísticos y literarios de gran valor que los memoriosos testigos se encargaron de divulgarlo hasta nuestros días. Carlos María Podestá, el poeta de “País del Horizonte”, recordó una serie de conferencia-espectáculo de Ramón Gómez de la Serna sobre “La poesía romántica española y Carolina Coronado” a la que asistió un centenar de escritores. Al finalizar la charla obsequió a los presentes una ficha en la que se hallaba inscripta una greguería.

Otro recuerdo de aquellas noches nos trae aquel original concurso “Los poetas pintan y los pintores escriben”, una vez seleccionados a los ganadores, los trabajos eran expuestos en el escenario para diversión de los presentes. También fue muy famosa la conferencia del pintor mexicano David Alfaro Siqueiros, que se manifestó con marcado entusiasmo a favor de la pintura mural en contra de la de caballete.

“Signo” fue frecuentado por los llamados músicos “cultos”, entre ellos los integrantes de la Sociedad Nacional de Música, Carlos Sufren, A. Jurafsky, Luis María Martínez, Andrés Correa, Rafael González, José André y Pascual Grisolía. Organizaban conciertos en los que se presentaban con relativa asiduidad el Cuarteto Pessina, en otras oportunidades especialistas comentaban discos de música clásica.



En los últimos tiempos de Signo, los citados músicos fueron desplazados por el grupo “Renovación” que lideraba Juan Carlos Paz junto con Horacio Siccardi, José María Castro y Jacobo Fischer. Estos tildaban a los primeros de “oficialistas” y aquellos acusaban de snobismo a los “renovadores”.

También fue refugio de muchos pintores como Pettoruti, Larragña, Centurión, Manuel Eichelblaum, Butler, Bignatti, Spilimbergo, Soldi, Victorica, Policastro, Gómez Conet.

Vicente Ruiz Huidobro fue agasajado con una cena y Federico García Lorca fue comprometido por la Sociedad Amigos del Arte para dar cuatro conferencias que fueron transmitidas por Radio Stentor. Lorca fue un invitado constante y muchas veces recitaba por la radio algunos de sus poemas con su “voz gitana”. Recuerda Carlos María Podestá, que luego del estreno de “Bodas de Sangre” se homenajeó al poeta andaluz con una fiesta y que en ella Norah Lange y Oliveiro Girondo recompusieron su relación bailando un tango.

Muchos fueron los escritores y artistas que mostraron sus trabajos sobre el pequeño escenario, no obstante, todos esos valores de las letras y las artes, que hicieron de Signo un salón de elevada jerarquía intelectual, no alcanzó para tapar la pasión por el baile, para lo cual habían instalado un gramófono. Ricardo Llanes en su libro “La Avenida de Mayo”, escribió que la peña del Castelar “...fue el precursor de las boites porteñas, y sí como que el baile constituía el entretenimiento de mayor animación” [v]

Signo fue la primera peña en donde hombres y mujeres participaron por igual, sin tabúes, dejando de lado los prejuicios de la sociedad de esos tiempos. Petit de Murat la describió como un lugar donde “reinó la paz de los poetas suaves, ensayistas amables y algún narrador tranquilo”[vi]

Varias hipótesis giran en torno al cierre de la peña, cuenta Petit de Murat que el crítico teatral Pablo Suero tuvo una pelea con Armando Discépolo a quien había criticado, entonces una noche llegó al subsuelo del Castelar y proclamó que se sentía poseído de una gran serenidad helénica después de haber estado leyendo a los griegos. Serenidad que le duró poco luego de cruzarse con Discépolo, a los pocos minutos estaba envuelto en una pelea en la que volaron sillas y botellas. Cansados los dueños del hotel de las trifulcas constantes decidieron el cierre de Signo.

Otras de las versiones del cierre se le adjudicó al poco interés que tenían los dueños del Castelar al baile, ellos preferían incursionar en la incipiente radiodifusión con Radio Stentor que llegó a funcionar al lado de la extinguida peña.

Lo cierto es que en su corta vida, Signo dejó grabado a fuego su nombre y el de todos sus participantes en la memoria de Buenos Aires como representante de una época única e irrepetible, donde el café y los amigos eran la excusa para intercambiar experiencias, además de compartir arte y cultura.

Este es un listado con los nombres de los asiduos concurrentes a la peña, y por lo tanto, huéspedes de lujo del Castelar Hotel & Spa: Oliverio Girondo y Norah Lange, Pablo Rojas Paz y Sara Tornú, Pepe González Carbalho, Augusto Mario Delfino, Lisandro Galtier, Margarita Arsemaserva, Carlos María Podestá, Amado Villar, Roberto Ledesma, la poetisa chilena María Julia Gigena, Lizardo Zía, la dibujante María Carmen Portela y sus hermanos Margot y Oscar, Salvadora Medina de Botana directora del diario Crítica a la muerte de su esposo; Alberto Güiraldes, primo de Ricardo; Enrique Amorim; Amparo Mom y Raúl González Tuñón; las actrices Luisa Vehil, Milagros de la Vega, Ofelia y Helena Cortesina, Lía Cimaglia; la novelista chilena María Luisa Bombal; el dibujante salvadoreño Toño Salazar; Alfonsina Storni, (que alguna vez cantó sobre el escenario “Mano a Mano”); Conrado Nalé Roxlo; Jorge Luis Borges y Federico García Lorca, entre otros.


Radio Stentor: La Voz Fuerte del Castelar

En julio de 1930, la Confederación Espiritista Argentina inauguró oficialmente LS8 Radio Sarmiento, pero tres meses después fue destruida por una fuerte tormenta por lo que la onda de LS8 quedó silenciada por mucho tiempo. Recién en mayo de 1932 la emisora vuelve a transmitir para luego ser vendida a los dueños del Castelar, dos meses más tarde.

El jueves 5 de octubre de 1933 desde el subsuelo del Hotel al lado de la peña Signo, nace LS 8 Radio Stentor, vocablo inglés que significa “persona con voz muy fuerte”.

Uno de los primeros programas de la emisora fue “Tangos, autores e intérpretes” realizado por los hermanos Héctor y Luis Bates, empezó a transmitirse el 6 de julio de 1934 y se entrevistaba a los famosos compositores de la música porteña.

A mediados de la década del 30 en la radio se pusieron de moda los programas infantiles, dijo Salvador del Priore: “Me decidí y organicé mi primer elenco. Merced a un aviso que publiqué en Antena, el primer día vinieron 150 niños de los cuales 100 tenían buenas condiciones. Entonces armé un coro infantil que dirigía el maestro del Pueblo, un elenco de ballet folklórico y un cuadro de teatro. Debutamos por LS8 Radio Stentor el 30 de noviembre de 1938, la emisora estaba dirigida por Isidro Odena. Estuvo un año allí....”[vii]

Muchas figuras de la escena y el periodismo nacional se iniciaron en Stentor, por ejemplo: luego de ganar un concurso de cantantes de jazz auspiciado por el mítico Jabón Federal surge Paloma Efron (Blackie), en 1934, con un programa de 15 minutos de duración que se emitía tres veces a la noche y dos al medio día; Pepe Arias realizó sus primeros monólogos de actualidad en esa época, otra actriz que ganó un concurso de nuevos valores en Stentor fue Hilda Bernard que tenía por entonces 13 años.

La emisora tenía dos comentaristas musicales llamados Juan Carlos Thorry y Juan José Piñeiro, ellos recibían un sinfín de cartas de los oyentes. Entre todas esas cartas había dos que se destacaban por su redacción precisa y correcta, eran la de Oscar Massa (creador de la tira “Los Pérez García”) y Rodolfo Taboada quienes fueron incorporados como redactores.

Según una encuesta de la revista “Caras y Caretas” Radio Stentor estaba considerada como una de las emisoras con mejor programación. En esos tiempos era común escuchar por la emisora de Castelar a Ulises Petit de Murat, Oliverio Girondo, Rojas Paz y Silvia Guerrico que hacían experiencias culturales con programas llamados “Platea Club” ó “Cartel Sonoro”, a Federico García Lorca, que invitado por la Sociedad Amigos del Arte, dio cuatro conferencias transmitidas por Stentor. Como era un invitado constante de la peña “Signo” ubicada al lado de la radio, muchas veces recitaba algunos de los poemas de su autoría.

No sólo actores y poetas habitaban el éter de Stentor, los arquitectos también tenían su espacio. Desde 1934 la Sociedad Central de Arquitectos difundían sus ideas desde LS8 los lunes y viernes de 13 hs. a 13:15 hs. y miércoles de 12:45 a 13:15 hs. Los más prestigiosos profesionales del momento brindaron charlas, debates y conferencias sobre la actividad, entre los más destacados se puede mencionar a Pasman, Vilar, Gelly, Cantilo, Belgrano Blanco, los ingenieros Selva (presidente de Obras Sanitarias), Ivanisevich, entre otros.

Radio Stentor poseía un “Moderno y poderoso equipo Philips de 30 Kw. en antena, 3500 Km. De alcance y sintonía perfecta bajo cualquier condición atmosférica, es un sonido ortofónico, con una perspectiva extraordinaria: en transmisiones orquestales, usted puede identificar inmediata y claramente su instrumento”, según rezaba un comercial de la época.

Huéspedes Cinco Estrellas

El Castelar Hotel & Spa siempre se caracterizó por albergar a diversas personalidades relacionadas con la política, la cultura, las artes, la literatura, el teatro, etc. Una de las visitas más importantes recibidas fue la de Federico García Lorca. El poeta andaluz estuvo en Buenos Aires entre el 14 de Octubre de 1933 y Abril de 1934; llegó por invitación de Lola Membrives para presentar “Bodas de Sangre” y dirigir los ensayos de “La zapatera prodigiosa” y “Mariana Pineda”. Cuando su hermana visitó Buenos Aires, se alojó en la habitación 704, la misma que había ocupado Federico.

Desde luego, el hotel albergó a cuanto artista español haya pisado suelo argentino. Entre los más famosos se recuerda a Lola Flores, Nati Mistral, Carmen Amaya. También el premio Nobel Lynuss Pauling fue huésped, uno de los primeros hombres en hablar acerca de ecología y de los peligros de la contaminación. En la actualidad, el Castelar sigue siendo elegido por los artistas para alojarse en Buenos Aires; quienes suelen ser vistos en el Lobby del hotel, como por ejemplo Alberto Cortéz ó Rubén Rada.

Muchas veces en los cafés y hoteles de la Avenida de Mayo, muy a pesar de los dueños, se hicieron reuniones políticas formales. El Castelar no fue la excepción, heredero del Hotel España en estas cuestiones, son innumerables los registros de encuentros de tipo político-partidario.

Durante muchos años funcionó una mesa de esencia radical que mediante interminables charlas se criticaba sin piedad a los gobiernos de turno (léase Justo, Castillo, Perón) y a los propios correligionarios. Muchos de estos mítines fueron liderados por Víctor Alcorta, legendario militante del radicalismo.


A mediados de 1931 se constituyó la junta promotora de la UCR antipersonalista que apoyaría la candidatura presidencial de Justo, en contraposición con la que en el City Hotel encabezaba Alvear, quien intentaba revitalizar al radicalismo tradicional.

Seis años después, en el subsuelo del hotel, se creó el “Movimiento Orientador”, que era un grupo de radicales jóvenes que se alzaron contra la conducción de Alvear, el presidente de la reunión fue un abogado llamado Arturo Frondizi.

El anecdotario político del Castelar es rico en curiosidades y sobresaltos. Durante la época de Frondizi se hospedó el Ministro del Interior, Roque Alfredo Vitolo que se mantenía comunicado en forma permanente con la Casa de Gobierno y la Policía Federal desde el mismo Castelar, con las consabidas complicaciones para los empleados. En alguna oportunidad el mismísimo Frondizi durmió alguna que otra siesta luego de las reuniones de gabinete. En una oportunidad llegaron a hospedarse 12 gobernadores de provincias al mismo tiempo.

Siguiendo con los políticos, se registraron las presencias de Ilía y Balbín quienes fueron asiduos concurrentes. En el salón del primer piso, Raúl Alfonsín se reunió con varios amigos para preparar una corriente interna en el radicalismo. Corría 1970 y estaba por nacer el Movimiento de Renovación y Cambio.

La Avenida de Mayo estuvo desde siempre asociada a la actividad política, al ser una arteria símbolo de unión entre el Poder Legislativo con el Poder Ejecutivo, por más de medio siglo fue epicentro de los acontecimientos y manifestaciones más importantes del país hasta que lentamente le fue llegando el declive a partir de la década del 50. Según el historiador Félix Luna, el Estado distribuyó sus organismos por otros puntos de la ciudad y la Avenida dejó de ser estratégica para trámites y postulaciones. Además surgieron nuevos hoteles y cafés en distintas zonas de Buenos Aires, que atrajeron a los nuevos grupos políticos para sus reuniones.


Aunque los años hayan pasado y la Avenida de Mayo no tenga el esplendor de las épocas pasadas, las costumbres y las modas pasen por otros lados, el Castelar Hotel & Spa todavía mantiene esa magia perdida en los rincones del tiempo, que se empeña en conservar para el bien de la memoria de Buenos Aires.
[1] Por Javier Perpignan. Investigación especial de Elisa Radovanovic
[i] “El Diario”-sábado, 9 de noviembre de 1929 – núm.14.818. Pág.5.
[ii] “La Avenida de Mayo: Un proyecto inconcluso” Justo Solzona y Carlos Hunter-Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad Nacional de Buenos Aires – 1990.
[iii] “El Diario”-sábado 12 de octubre de 1929- núm.14.794, Pág.13.
[iv] “El Diario”-sábado 12 de octubre de 1929- núm.14.794, Pág.13.
[v] “La Avenida de Mayo”- Ricardo M. Yánez –Colección Cúpula, Editorial Guillermo Kraft Limitada-Buenos Aires, octubre 1955.
[vi] “La Avenida de Mayo”- Antonio Requeni- Fundación Banco Boston.
[vii] “La Radio: ese mundo tan sonoro”-Ricardo Gallo-Ediciones del Corregidor-Buenos Aires, 1955.

Castelar Hotel & Spa - Un lugar con Estilo


Hotel cuatro estrellas emplazado en el Casco histórico sobre la Av. de Mayo, ubicado a 20 minutos del Aeroparque Local, y a 40 minutos del aeropuerto Internacional de Ezeiza.

Castelar Hotel & Spa ha sido y es el reducto preferido de personajes ilustres de la vida cultural y política de Argentina. Testigo de acontecimientos que hicieron época. Poseedor de una equilibrada combinación de buen gusto, refinamiento y atenciones preferenciales. Un ámbito colmado de historia y de recuerdos. Cada rincón de sus 10.000 m², hablan de una personalidad que sólo se encuentra en los grandes hoteles del mundo.

En nuestro SPA combinamos las técnicas manuales con la utilización de sustancias puras, como son los aceites esenciales, creando servicios y tratamientos naturales, auténticos y originales.La balnoterapia, unida a los tratamientos de belleza que realizamos en gabinete tanto para la cara como para el cuerpo, así como los mensajes y terapias alternativas, nos ayudan a conseguir resultados como bienestar general, mejorar la salud, reducir el estrés, rejuvenecimiento de la piel, reafirmar y tonificar, mejorar la circulación...